¡Que se callen las palabras, que nadie las escuche, que es tiempo de tambores, sentimientos y pasiones!
El tercer domingo de cuaresma era el día para que Manuel Hita, subido en el escenario del Teatro Liceo, nos diera a conocer su particular visión de lo que es el Judio en la en la XX Exaltación al Judío de Baena.
Durante su hilo narrativo el pregonero ha realizado un retroceso temporal que comienza en la natividad del señor con los sones tamboriles de panderos y zambombas para tener su “culminación apoteósica en la Semana Santa”. Convirtiéndose en la voz del pueblo judío para vivir el drama de Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro señor
En este paseo temporal el Judío siempre acompañado por su amigo de fatigas el tambor se va preparando para vivir toda una serie de acontecimientos que comienzan al llegar la Cuaresma “que prepara litúrgicamente a los fieles para la Semana Santa, tiempo de penitencia, de meditación, de reflexión.
“Cuaresma con mayúsculas, en la que los sonidos del tambor despiertan a Baena de su letargo invernal, cuando el batir de baquetas hace brotar, la sabia del “árbol de la vida”. Cuaresma no fingida, por todos los judíos sentida, por todos estimada y apreciada”
Hita tampoco se olvida de la parte lúdica de la figura del judío donde los momentos de expresión de sentimientos y emociones conviven con momentos de tertulia, de “convidadas” durante el rencuentro con los amigos. Por ello el pregonero invita a todos a vivir intensamente la cuaresma “los animo a que compartan estas vivencias, a que deambulen callejeando por nuestro pueblo, por sus hermosas calles de cuestas empinadas y tortuoso e intrincado recorrido, calles que se transforman en cada primavera”.
La víspera de San José, las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo también forma parte de ese proceso formativo donde el toque del tambor por parte de una forma de cultura de numerosos pueblos de España. Para volver a ese momento mágico que tiene Baena al alba del Miércoles Santo cuando se sale a echar las cajas “ las calles se engalana para ser visitadas por cientos de judíos tocando el tambor”.
El tambor se convierte en la voz del judío para vivir el drama de Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro señor, “los tambores gritando y vociferando, son la voz del pueblo judío por el Sanedrín manipulado”.
¡¡¡¡¡Que se callen las palabras, que nadie las escuche, que es tiempo de tambores, sentimientos y pasiones!!!
Se convierte en acompañante del reo condenado, de Jesús humillado, del Cristo torturado que inicia el camino con el madero por la Vía Dolorosa. El estruendo de tambores se hace máximo en la expiración, simbolización de la tempestad desencadenada, de las tinieblas que el cielo cubrieron, de la rasgadura del Velo del Templo
Alegría expresada y manifestada por los judíos en el sonar de sus tambores, ahora exultantes, para proclamar a los vientos, la resurrección de Cristo.
Aún sin bajar de la nube Manuel Hita se mostraba “liberado del yugo y el peso de la responsabilidad que me atenazaba. Me he acordado de los ausentes, sobre todo de mi madre y mi gran amigo Víctor Amores con el que he vivido muchas Semanas Santas.
Guillermo Bernal, presidente de la agrupación de Cofradías comentaba el pregón “ha conjugado lo a versión cultural, de amistad y reencuentro con amigos con la vertiente religiosa y de participación en los cultos y procesiones”.
La Asociación Cultural de la Primera Cuadrilla de Judíos de la Cola Negra, hizo entrega a Carmeli Piernagorda, del reconocimiento de la distinción de Cofrade Ejemplar de la Semana Santa de Baena.