El pacto de los perdedores
El próximo jueves quedará sellado el pacto de perdedores, frase habitualmente escuchada en las manifestaciones de los políticos locales, que llevará a la presidencia de gobierno a Pedro Sánchez firmante del ignominioso acuerdo. Vergonzante ha sido que, para alcanzar la presidencia del gobierno de España, el acuerdo de la indecencia, se haya realizado en Bruselas, bajo la supervisión de un prófugo de la justicia española, que, para recochineo, exige la presencia de un verificador internacional, como si España fuese una república bananera.
Una amnistía a la carta que permite, que sus socios catalanes reconstruyan un relato donde la culpabilidad de toda esta situación recaiga sobre el Gobierno de España, sobre los jueces que aplicaron las leyes y no por quien promovieron el golpe de estado. Se ha tenido que arrodillar ante el prófugo Puigdemont.
Con este pacto Sánchez vuelve a quedar retratado con sus continuos cambios de opinión, cuando perjuraba que no iba a negociar las condiciones de los independentistas, antes del 23J, para acabar siendo el trofeo exhibido por Puigdemont.
Convocadas las sesiones para la investidura, el miércoles y jueves de esta semana, Pedro Sánchez será investido presidente del Gobierno pero tendrá una espada de Damocles sobre su gobierno que le amenazará “durante cuatro años” por los continuos chantajes de sus nuevos socios de investidura, que con un apetito voraz no dejarán de pedirles ventajas para sus respectivas autonomías, dejando al resto de los españoles a merced de las migajas que el presidente quiera otorgarles, pero con la obligación de sustentar a través de los impuestos las veleidades de los dirigentes independentistas. El próximo viernes en España habrá dos clases de españoles, ciudadanos de primera y de segunda, resquebrajando la salud democrática de España.
En tromba han salido multitud de instituciones contrarias a dichos acuerdos, todas ellas bajo un mismo denominador común de su supuesta ilegalidad. La sociedad civil que en el día de ayer llenaban las calles de todas las provincias españolas con ciudadanos y ciudadanas que se mostraban contrarios a estos tipos de pactos. Con estas protestas queda patente que a partir de próximo jueves el presidente Sánchez gobernará sólo para la mitad de los españoles.